Ayer, en el marco del Computex 2013 que se celebra en Taipei, Intel presentó la cuarta generación de procesadores Intel Core: los procesadores Intel Haswell. Estos procesadores, concebidos desde el principio para dispositivos móviles y de gran autonomía que, además, serán bastante potentes y versátiles, nos introducen en un circuito integrado de transistores Tri-Gate de 22 nanómetros. Si bien el número de transistores que hay en estos procesadores es un número que no ha llegado a trascender aún, en Ivy Bridge (la generación anterior) se manejaban 1.400 millones de transistores en cada procesador.
Desde que Intel lanzase al mercado el primer procesador, el Intel 4004, el 15 de noviembre de 1971, la tecnología y los procesos de fabricación han cambiado mucho y hemos pasado de procesadores que integraban 2.300 transistores a dispositivos que integran miles de millones de transistores que, además, cada vez son más pequeños.
La presentación oficial de los procesadores Haswell es un buen momento para echar la vista atrás y mirar al Intel 4004 que diseñó Federico Faggin a través del microscopio y compararlo con las imágenes que Intel ha publicado de sus nuevos procesadores y así hacernos una idea de cómo hemos avanzado en cuanto a escala de integración y, de paso, pensar un poco los postulados de Ley de Moore.
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